Empatía. Es una de las primeras palabras que me vino a la mente al descubrir Los sonidos de la luz. En mi opinión, es un concepto que tristemente está bastante manoseado, continuamente reapropiado por todas aquellas personas que nos sentimos empáticas humanistas en el eje de la cultura y el arte, lo practiquemos o no. Sin embargo, ¿realmente lo somos? Tengo la impresión de que la empatía sigue siendo un tesoro escaso en nuestra sociedad, si la entendemos como la capacidad de entender la situación de la otra persona, posiblemente diferente a la nuestra, nos guste o no, y actuar en consecuencia. Creo que esa es la base del afecto y la convivencia. En cualquier agrupación, la necesidad de llegar a consensos es continua. En esta exposición se ha visto que la empatía es una pieza clave que encaja con otra no menos importante: el colectivo; se han dejado atrás los egos y la competitividad dando paso a una obra comunitaria, coherente, por la que fluye una misma savia. Algo nada habitual en los tiempos que corren y que Afibi ha sabido demostrar.
Cada vez más, afortunadamente, somos conscientes del error. De cómo la historia del arte moderno y actual ha estado (aunque poco a poco quiere ir cambiando) compuesta por constelaciones de entes fálicos que solo han acudido “al de al lado” para levantar muros de privilegio. La historia social y feminista nos habla, en cambio, de redes empáticas que siempre han sostenido otras producciones, en complejas relaciones sociales, profesionales, de amor y de amistad. Este es el camino que abren ejercicios estéticos como Los sonidos de la luz, dando la oportunidad a un relato del arte cruzado con la vida, empeñado en una cultura abierta, compartida y enriquecedora.
Local. Es una de las pocas palabras que me golpearon en una inauguración felizmente abarrotada de vecinos y vecinas, amigas, conocidas y desconocidas, acercándose a ver qué se cocía en la ermita de San Vicente el 29 de agosto. Un exitazo de convocatoria. Un cierto tono desairado acompañó a ese “local”, como el sinónimo caduco y malpensado del término. ¿Limitado?, ¿provinciano?, ¿intrascendente? Yo creo que todos los proyectos son locales sin importar en qué localidad se celebren. Y lo cree más gente. Una buena y admirada artista que trabaja desde la ruralidad española, Asunción Molinos Gordo, dijo en su obra De campesino a campesino: “rompe con la jerarquía vertical del técnico o ingeniero que llega al campo para enseñar lo que se debe hacer al “campesino ignorante” y por el contrario coloca al campesino en la posición de experto, llevando sus conocimientos al mismo plano de importancia y consideración.” La realizó para la XIII Bienal de la Habana en 2019. Asunción es nacida en el pueblo de Guzmán (Burgos), el cual cuenta actualmente con 99 habitantes. Pero acaba de inaugurar su retrospectiva en el Jameel Arts Centre de Dubai. Trabaja sobre cómo barruntan los pastores de León, cómo saben abrir cortafuegos y estudia las cabañuelas, pero sus investigaciones locales tienen eco en múltiples lugares del mundo.
Con este ejemplo solo quiero referirme a que todas las obras de arte tienen un/a autor/a o varios/as. Un contexto donde circunscribirse, un suelo acogedor, que puede estar más o menos conectado al origen de las piezas. La objetividad en el arte hace décadas que ha sido rebatida, solo desde nuestra propia experiencia subjetiva y única, formada desde nuestro lugar de origen, formas de vida, familias y vecindades, podemos compartir nuestra mirada. Así se ve en Los sonidos de la luz, miradas de fotógrafas/os que se acompañan, dialogan, y se superponen a otras capas de significado, entre las que se encuentran las que teje el comisariado de Carlos Balsalobre y Lourdes Fuente.
Elegir. Qué hacer con lo que queda cuando alguien ya no está. Se trata de un dilema que, aunque bastante habitual, no deja de sobrecogernos. Un sentimiento primero de desorientación. No saber qué hacer con todas esas huellas presentes, impresas en el espacio, en los objetos, en los trayectos cotidianos. Y así, de golpe, en nuestras manos se acumulan imágenes mezcladas que debemos ordenar. Fragmentos de situaciones vividas, nítidas en la retina. Frases que seguramente hemos reconstruido en nuestro recuerdo y nunca fueron así. Un sentido del humor determinado, un estado de ánimo habitual reflejado en la mandíbula y los labios. Unos gestos, una forma de vestir. Una voz con su timbre característico. Cuando alguien ya no está se produce un cambio. Creo que el talento del grupo Afibi es poderoso consiguiendo hilar los cambios inesperados.
El fotógrafo, docente y comisario de la muestra, Carlos Balsalobre, tristemente fallecido, dejó funcionando muchas mentes y un proyecto a medias que tiene la luz como concepto central. Una idea sencilla y redonda: el ciclo de un día. Para terminar, la comisaria Lourdes Fuente ha cerrado el círculo creando el collage visual y añadido una nueva dimensión, la sonora, a ese recorrido por múltiples sensaciones diurnas y nocturnas.
En las artes visuales, en la fotografía, sucede la feliz paradoja de poder transformar el cambio en una estampa quieta. Las autoras y autores han emprendido una carrera febea, parado el tiempo y elegido los mejores fotogramas. Uno de mis favoritos, para terminar: A 37 grados aproximadamente está la nuca bajo el sol tamizado. Se reconocen sin termómetro, esos 37, al acercar los labios. Antes de tocar rozan como una hilera de hormigas laboriosas la piel expuesta que no sabe que está siendo mirada. Los ojos de la amante son capaces de ver el latido interno en una instantánea que suena a verano, a carretera, que captura la pose distraída de la única belleza audaz: la amorosa.
La exposición Los sonidos de la luz del colectivo fotográfico AFIBI, ig: afibi_ibi, comisariada por Carlos Balsalobre y Lourdes Fuente, puede visitarse en la sala de exposiciones de la ermita de Sant Vicent de Ibi hasta el 15 de septiembre de 2025.
Participan en la exposición: Delfino Arnedo, Antonio Espinosa, Jose Esteve, Fco. Javier Fdez. Satoca, EJFuster, Chuss Jesús García, Francisco López, Charly Ismael López, Emilio José Mariel, Julio Martínez, Rafa Megías, José Pardo, Eduardo Payá, Tony Pérez, Fernando Ramírez, María Reig, Yolanda Rodríguez, Nélida Saiz, Javier Salvador, Juanmi Salvador, Joseantonio Silvestre.